Atenea es quizás uno de los personajes más populares de la mitología griega, es precisamente la diosa que representa la guerra, la sabiduría, la civilización y la estrategia en combate. Atenea es de las figuras más importantes del panteón griego.
También se le conoce como garante de la justicia y de la habilidad. También forma parte de los 12 dioses del Olimpo. En toda la Grecia Antigua, era digna de culto por la cantidad de áreas de influencia que tenía entre los pobladores de Grecia.
Mitología de Atenea
Según lo que cuenta su mitología, ella es hija de Zeus, quien la concibió en solitario tras tragarse a su madre, Metis, conocida por ser una titánide que personificaba la prudencia. Presuntamente Atenea habría nacido de la frente de Zeus, cuya condición le dio la posibilidad de tener la inteligencia y la virtuosidad de la guerra que tenía.
Pese a que esta es la historia más popularizada, la verdad es que el nacimiento de Atenea tiene múltiples versiones que varían dependiendo del autor que se encarga de contarla.
Una de las versiones apunta a que Zeus sabía que Metis tendría hijos más poderosos que él, así que se aseguró de encerrarla en su vientre para que nunca escapara, pero ya Metis había concebido a la Diosa Atenea, por lo que ésta nació de la propia frente de Zeus.
Otra de las versiones asegura que quienes ayudaron a Zeus con el nacimiento de Atenea fueron Prometeo, Hermes y Palemón, cuyo suceso habría ocurrido en el río Tritón.
Atenea, su adoración en otras mitologías
Su culto se extendió por tantas otras culturas, incluso en todo el Mediterráneo. Esto tuvo como consecuencia que en esta variedad de culturas se le adorara de forma diferente y con nombres distintos según el lugar de devoción.
Una de las representaciones más importantes de la diosa, es su homóloga romana, Minerva. Atenea era tan fuerte y tan incombatible en batalla que nunca nadie pudo derrotarla, incluso Ares, el Dios de la guerra lo intentó, pero tampoco pudo lograrlo.
Atenea “la virgen”
Se dice que nunca tuvo esposo o amantes, ni tampoco dejó ninguna descendencia, sino que por el contrario tuvo una virginidad eterna, pese a que intentó ser pretendida por algunos atrevidos.
Aparece en diversos episodios de la mitología del lado de la protección de los dioses, porque su trabajo era precisamente ese, el de proteger, no solo a los dioses, sino también a toda la ciudad de Atenas, labor para la que estaba destinada por exclusividad.
Gracias a esta característica de castidad, fue llamada Atenea Pártenos, que en griego quiere decir «la virgen». Su personalidad se encuentra entre la feminidad y la masculinidad, lo que quiere decir que en ningún momento se enamoró o se encargó de llenar su corazón de amor.
Así como la diosa Artemisa, esta diosa era una deidad que estaba en contra del matrimonio y la vida marital, es por esta razón que nunca se preocupó por estar al lado de un compañero sentimental.
El nombre de Pártenos es el responsable de dar nombre al templo más famoso e importante dedicado a la diosa: el Partenón de la Acrópolis. Siempre a la Diosa Atenea se la muestra vestida, nunca se la representa desnuda.
Atenea y Hefesto
Aunque se le atribuye la característica de la virginidad, una narración tardía manifiesta que Atenea y Hefesto concibieron como hijo a Licno, mientras que otro mito asegura que Atenea intentó ser violada por Hefesto, pero ésta lo evitó.
En el momento del intento de violación, el semen de Hefesto cayó en la tierra, concibiendo entonces a Erictono, mismo qe Atenea decidió criar como madre adoptiva, pero en lugar de ello, se lo ofreció a las hermanas Herse, Pándroso y Aglauro.
Les entregó al bebé en una caja sin decirles lo que contenía, pero con la advertencia de que no la abriera hasta tanto ella llegara. Las hermanas desobedecieron y abrieron la caja, pero consiguieron al bebé junto con una serpiente, así que se lanzaron desde la Acrópolis de Atenas.