La mesopotámica es una cultura muy rica de personajes mitológicos, es por eso que en este apartado te contaré la historia de una de sus deidades más importantes, que no es otra que Enlil.
Este es el dios del cielo para los mesopotámicos, lo que quiere decir que es la deidad más importantes de ese panteón. Una de las cosas más importantes sobre este dios es que también es garante de la respiración, de las tempestades y del aire.
Enlil: La división de la tierra
El mito cuenta que su hermano mayor, Marduk, le tenía una gran envidia porque pensaba que era su destino ser el rey de Babilonia, por ser el primer hijo de su padre, Enki, pero esta, por el contrario, le otorgó esa responsabilidad a Enlil.
Finalmente, Enlil fue designado como el dios de Babilonia, así que Marduk en represalia y por rebeldía, construyó la torre de Babel, misma que Enlil destruyó. Cuando ocurrió el diluvio, los Annunaki tuvieron una reunión en la que se plantearon dividir la tierra en continentes, para entregar uno a cada parte.
La división dio como resultado que Enlil obtuvo para él Asia, Europa y Mesopotamia, mientras que Enki heredó toda África y Ninurta, el hijo de Enlil, se encargó de Persia, Asiria y las tierras de Elam.
Marduk se quedó con Egipto, lugar desde el cual se apoderó de todo el resto de los continentes, por lo que Enlil se vio en la necesidad de hacerse con los territorios que ya se habían repartido previamente, para evitar que Marduk pudiera hacer de las suyas.
Con sus valiosas armas Enlil logró hacer lo propio y reparar el daño hecho por Marduk, para finalmente regresar a la tierra el valor y control que se le arrebató.
Fecundación de Ninlil
Este mito narra la historia de cómo Enlil consiguió a Ninlil en el pantano bañándose, por lo que decide fecundarla aún engañándola. Este acto hace que Enlil sea vetado de la ciudad sumeria de Nippur.
Pese al veto, Ninlil decidió seguir a quien la había tomado sin consentimiento. En su viaje, tienen relaciones unas tres veces más, para dar como fruto a tres hijos provenientes de ultratumba.
Ninlil, que antes del episodio de la violación fue conocida como Sud y era diosa del aire y de los vientos, ahora era reina consorte de Enlil, así que obtuvo la característica de mujer de los nacimientos.
Otra de las historias que se tejen en torno a Ninlil es que en realidad la violación de Ninlil no fue tal cosa, sino que por el contrario, el lugar donde se consumó la relación entre ambos fue completamente armónico, con un ambiente presto para el romanticismo.
Algunas de las características que se describen sobre ese lugar es un dormitorio en el que se encontraba una cama de flores cubierta de fragancia de cedros. Tras consumar el acto, Enlil sintió tal placer que decidió darle a su reina la valoración que esta merecía, otorgándole el título de diosa de los nacimientos.
Enlil en su período de evolución
Durante bastante tiempo, la figura de Enlil tuvo un gran cambio y evolución que le ayudó a consolidarse en el lugar en el que se encuentran hoy día en el panteón mesopotámico. Aunque su presencia se calcula desde el año 3000 a.C, la verdad es que, con el tiempo fue perdiendo facultades de creador.
Según su origen desde las montañas de Mesopotamia, sus poderes se dirigían más hacia el control del tiempo y del clima, pero una vez que su ritual se trasladó hacia el sur de Mesopotamia, perdió todo rasgo de dios creador y fertilizador, para transferirlos a su contraparte, Enki.
Con esta evolución, Enlil permaneció en el panteón mesopotámico como una de las deidades más importantes, pero, con la llegada del culto a su hijo Ninurta, se redujo de lugar dentro de la idiosincrasia y religión mesopotámica.