Febo

En cuentas generales, Febo era el dios romano del Sol. Su epíteto para la mitología griega es Apolo, aunque la figura de Febo no es demasiado extendida en la mitología, salvo algunas declaraciones sobre su existencia y algunas cualidades que se le atribuyen. Se podría decir, fácilmente, que con la unificación de la cultura griega y romana, se tomaron todas sus características de Apolo, pero es más complejo que eso. 

Según los relatos mitológicos, el árbol genealógico de Febo comienza con ser hijo de Júpiter y hermano de la diosa Diana. Su nombre quiere decir textualmente “brillante”, mientras que su culto se adoptó en Roma desde un momento temprano, aunque su origen se relaciona más hacia la figura griega que hacia la antigua Roma, en cuya mitología no presenta algún antecesor. 

Representación de Febo

Una característica resaltante de este dios es que era indomable, impulsivo y fuerte. La única fuerza que podía detenerlo era su padre, Júpiter. Gracias a esta característica, se convirtió en uno de los más venerados dioses de Roma. La representación más común de este dios era como un hombre joven, fuerte y desnudo. 

En casi todas las obras donde se representa al intrépido dios del Sol romano, se le muestra portando un carcaj con flechas e incluso una lira. Este dios es famoso y reconocido gracias a su oráculo en Delfos. Durante la época clásica del arte, fue representado de diversas maneras, donde se mostraba el poderío particular de este dios, no muy conocido para la mitología romana

El oráculo de Delfos y el mito de la creación

Uno de los lugares más importantes para el culto y el mito de Febo es Delfos, era en ese lugar donde se encontraba su oráculo, en el que las personas tenían la creencia de que al visitar ese sitio, podían terminar con el alma completamente purificada y libre de malos pensamientos. 

Se tenía la creencia que habían otras ciudades donde se encontraban este tipo de oráculos con los mismo propósitos que el de Delfos. Algunas de esas ciudades que se han nombrado a lo largo de la historia son Corintio, Sicilia y Tebas, todas estas ciudades helénicas. En Delfos, definitivamente, era donde se encontraba su mayor oráculo. 

En cuanto a la creación de Febo, la mitología cuenta cómo el dios paseaba todos los días en su carruaje, haciendo posible el movimiento del sol, y por ende, la característica secuencia del día. De esta manera, el sol podía iluminar todos los campos de la antigua Grecia. 

Este podría ser el único mito que separa a Febo de Apolo, porque en adelante, todos los mitos que se tejen sobre estos personajes se conjugan, llegando incluso a pensarse que se trata del mismo dios. De hecho, existen algunas investigaciones que afirman que este es el nombre primigenio de Apolo, en lugar de haber adquirido éste las habilidades del griego. 

Según estas investigaciones, el dios Febo sería el dijo de Leto y de Júpiter, al tiempo que sería el hermano de Diana, la diosa de la clo habíamos mencionado anteriormente en este mismo artículo. 

La imagen de Febo

Recurrentemente este dios es representado junto con elementos bastante interesantes, entre los que destacan como importantes, la lira, el arco y la flecha. Aunque otras versiones aseguran que al dios romano Febo también se le atribuyen valores como la luz, el arte, la belleza, la música, la poesía, el laurel, la verdad, la salud y la curación. 

Dadas estas características, estos símbolos también solían aparecer en compañía del dios Febo, haciendo alusión, por supuesto, a sus cualidades divinas. Al ser el dios del Sol, este símbolo también solía acompañarle.