Fuegos fantasiosos. Imagen de Duncan Halleck
El fuego fatuo es un ser maligno, de naturaleza óptica, que habita en pantanos y marismas.
Su fachada es la de una bola de luz con un enclenque brillo, con lo que tienen la posibilidad de ser confundidos de manera fácil con alguna fuente de iluminación. Los fuegos fantasiosos tienen la posibilidad de mudar su forma y color a intención.
Son seres de ágil vuelo que tienen la posibilidad de flotar, inmóviles, en exactamente la misma situación, el tiempo que precisen. Asimismo tienen la posibilidad de desplazarse tan velozmente como un rayo de luz.
Los fuegos fantasiosos miden cerca de un metro y tienen una sabiduría inusual. Raras veces luchan cuerpo a cuerpo puesto que eligen mentir a sus víctimas y atraerlas hacia pantanos. Si luchan cuerpo a cuerpo su luz se regresa azul, verde o violeta. Emplean una vigorosa carga eléctrica para batallar a sus víctimas.
Fuegos fantasiosos. Imagen de Thomas Pelouze
Tienen un sistema de comunicación apoyado en la intensidad de la luz; emiten destellos de diferente intensidad tan sutiles que solo tienen la posibilidad de ser percibidos por otros fuegos fantasiosos. Para estar comunicado con el resto seres vibran tan velozmente que alcanzan producir sonidos espectrales.
Se nutren de la energía que desprenden los cerebros de sus víctimas al verse presas de la desaparición. Conducen a sus víctimas hasta pantanos y zonas de arenas movedizas para realizar mucho más extendida y temible su muerte.
Los fuegos fantasiosos muestran bastante resistencia a la magia y solo ciertos conjuros alcanzan afectarles.
