Hefesto

Hefesto es el dios griego de la forja y del fuego, es bastante popular en el mítico panteón griego, principalmente por sus cualidades para la herrería, la artesanía, la escultura, los metales y la metalurgia.

En la mitología romana, su homólogo era Vulcano, que también se dedicaba a las actividades que tienen que ver con el fuego y estas otras actividades propias de la forja de materiales metálicos.

Hefesto era horrible. Era tan feo que una de las narraciones mitológicas en su nombre cuenta cómo su propia madre, Hera, lo vio tan feo al nacer que lo lanzó del Olimpo. Por esta caída habría quedado cojo para el resto de su vida.

Según las comunes representaciones del Dios Hefesto, siempre se le puede ver caminando con ayuda de un bastón porque era cojo. En otras ocasiones se suele decir que estaba lisiado. Incluso en ciertas interpretaciones artísticas se le puede ver con los pies al revés debido a su grave problema para caminar.

En dado caso, Hefesto era realmente agradado por todos los artesanos, era lo suficientemente adorado por los centros industriales y manufactureros de Grecia, básicamente por sus habilidades con los metales.

Hefesto pudo haber padecido de arsenicosis a consecuencia de su trabajo como herrero. Esta enfermedad se refiere al envenenamiento del organismo a consecuencia del arsénico. Le ocurre a los herreros porque el arsénico es un componente que se le suele aplicar al bronce. La mayoría de las personas que practicaban la herrería en el período de bronce padecieron de esta enfermedad.

Matrimonio de Hefesto con Afrodita

Como ya sabemos, Hefesto era realmente feo, y Afrodita era una de las diosas más encantadoras del Olimpo, lo cual es una situación bastante extraña siendo que ambos eran esposos.

La forma en la que Afrodita fue esposa de Hefesto fue por una recompensa. Zeus le dio a Hefesto la posibilidad de tener a Afrodita luego de que este le ayudara a traer al mundo a Atenea.

Según cuenta la mitología, Zeus estaba tan adolorido de su cabeza luego de tragarse a la oceánide embarazada Metis, que Hefesto tuvo que ayudar a su propio padre a traer al mundo a Atenea.

Luego de ello, Zeus recompensó a su hijo dándole en agradecimiento la mano de Afrodita. Fue así como ambos contrajeron nupcias. Hefesto estaba realmente emocionado por su matrimonio con Afrodita, no podía creer que la misma diosa de la belleza fuese su esposa.

Su emoción era tanta que decidió hacerle joyería muy hermosa, entre ella un cinturón que engalanaba a Afrodita de una manera tal que la convertía en realmente irresistible para los hombres.

Afrodita, por su parte, estaba realmente decepcionada por estar casada con Hefesto, así que nunca le fue fiel. Su más grande amor, en contrario, fue Ares, el dios de la guerra, con quien Hefesto una vez la atrapó siendo infiel.

Prometeo roba a Hefesto

Otro de los mitos extendidos de la mitología griega es la labor de Prometeo para dar a los humanos una vida digna. La historia cuenta que Prometeo quiso hacer a los humanos tan iguales a los dioses, que no le quedó tiempo para crear formas de protegerlos.

La opción que le quedó a Prometeo entonces, no fue otra que robar a los dioses. Robó algunas habilidades de Apolo, otras de Artemisa y también el fuego de Hefesto. De esta manera le otorgó a los humanos las maneras para ganarse la vida.

Zeus enfureció al ver lo que Prometeo hizo así que decidió castigarlo. Prometeo para evitar castigos mayores, le dijo a los humanos que quemaran ofrendas a los dioses. Pero tras los sacrificios, Prometeo llevó a Zeus los tendones y los huesos en lugar de carne. Zeus nuevamente lo castigó.

El último castigo que le hizo Zeus a Prometeo fue el de encadenarlo y enviar una anguila a comerse su hígado, pero como Prometeo era inmortal, cada día se regeneraba el hígado y cada día la anguila se lo volvía a comer. Hasta que fue salvado por Heracles. El encargado de hacer estos castigos a Prometeo no era otro que Hefesto.