Izanagi e Izanami, dos deidades tan importantes para la cultura japonesa, tienen en sus hombros la responsabilidad de haber creado la tierra, el cielo y el inframundo. Alrededor de estas dos entidades japonesas se tejen un gran número de mitos e historias integradas sobre la creación del mundo de la mitología japonesa. En las representaciones artísticas se les muestra como un hombre y una mujer.
Ambos dioses provienen de la divinidad. Se les otorgó la responsabilidad de construir un mundo con cielo y tierra. Los dos son esposos y trajeron al mundo a una infinidad de deidades que se ocuparon cada una de ellas de todos los elementos necesarios para dar forma a la vida como la conocemos hoy, así lo creían los japoneses.
Creación de Izanagi e Izanami
Para la creación del cielo y la tierra, Izanagi e Izanami, la pareja más joven de dioses, fue escogida para crear la tierra. De esta forma, los dioses recién creados, le otorgaron a la pareja, una lanza con piedras preciosas. Ambos tomaron este elemento y se colocaron en lo alto de un puente, comenzando a mezclar la materia caótica que crecía en sus pies.
Con este movimiento lograron hacer caer una gota de agua salada en la materia, la cual se coaguló inmediatamente, formando una primera isla. Esta isla se llamó como Onogoro-shima, que según la traducción al castellano, quiere decir precisamente “espontáneamente coagulada”.
Cuando se creó esta primera isla, ellos bajaron del cielo a la tierra y tuvieron una conversación sobre la forma en la que su cuerpo había sido creado. Ambos acordaron que para dar más vida debía procrear. Fue entonces cuando acordaron llevar a cabo el coito.
Antes de iniciar, quien tomó la iniciativa y habló primero fue la joven Izanami, y aunque Izanagi le reprendió por haber tomado la batuta en el acto sexual, igual siguieron adelante. Una vez consumado el acto, nació repentinamente su primogénito, al que llamaron Hiroku, según la traducción “niño sanguijuela”.
Después del nacimiento de éste, nació Ahashima, traducido como “isla de espuma”. Ambos fueron considerados hijos ilegítimos por el hecho de que Izanami tomó la iniciativa en el acto. Ambos decidieron ir entonces con Takamagahara para que le dijeran cuál era el problema y le ayudaran a solucionarlo.
Éste les explicó que debían volver a intentarlo, pero esta vez debía iniciar Izanagi. De esa forma, nacieron de su unión todas las tierras en forma de islas, para un total de ocho de ellas. Adicionalmente formaron seis islas más. En el relato hay al menos dos islas que no se nombran, según el mapa de Japón actual. Estas islas faltantes no se nombran en el mito porque para ese momento, eran desconocidas para los japoneses.
Izanagi va a buscar a Izamani
Otro de los mitos interesantes es el momento en el que Izanami muere, dejando solo a Izanagi en la tierra. La joven viaja hasta la tierra de Yomi, que es lugar de los muertos, el inframundo japonés. Izanagi bastante acongojado por la partida de su esposa, decide ir en su búsqueda.
Izanagi se las arregló para bajar hasta el Yomi por su amada. Después de atravesar infinidades de peligros y obstáculos, finalmente consiguió encontrarse con Izanami. Esta al verlo, le dijo que no podría irse con él porque se sentía bien ahí y ya se había convertido en diosa de aquel lugar.
Izanagi insistió y le suplicó a Izanami que regresara con él, hasta que esta finalmente accedió a regresar con Izanagi. Ella le pidió que le diera tiempo para dormir un poco antes de regresar a la superficie. Izanagi la entendió y comenzó a recorrer el lugar mientras ella dormía.
En el Yomi todo era oscuridad, no se podía ver absolutamente nada entre todo el vasto terreno, así que Izanagi no podía ver a su amada. Finalmente pudo encender un pequeño fuego que le ayudó a mejorar su visión dentro del Yomi. Fue entonces cuando Izanagi se dio cuenta de la apariencia putrefacta de su esposa en estado de descomposición, repleta de gusanos y deformaciones en el cuerpo.
Al ver esta imagen, Izanagi salió corriendo para huir. Le persiguieron todos los monstruos del inframundo para matarlo, pero él salió ileso. Cuando estaba llegando a la puerta del inframundo para regresar a la superficie, Izanami le dijo que por no haber muerto, ella mataría mil almas cada día. Izanagi replicó que daría vida a mil quinientas almas por día. Esta leyenda explicaría el origen de la muerte para los japoneses.
La purificación de Izanagi
Después de regresar del Yomi con todo el trauma vivido, Izanagi quiso lavar todo su cuerpo para desinfectarse de todos las entidades que habían en el inframundo. Con la purificación de Izanagi en un río, dio vida a una innumerable cantidad de dioses, diosas y deidades, a las que se les atribuyen responsabilidades específicas y especiales.
De la purificación de Izanagi se da vida a la diosa del sol que nació de uno de sus ojos. Mientras tanto, la luna nació de otro de sus ojos y el viento y las tormentas nació de la nariz del dios que limpiaba su cuerpo y su alma en el río.