Moiras

Las moiras eran un personaje recurrente en la mitología griega, siendo las representaciones del destino. Los griegos sentían gran respeto por ellas. Su función según la mitología era decidir cuál sería el destino y la naturaleza de la existencia de cada mortal sobre la tierra. Hay otras personificaciones del destino en otras mitologías. De esta forma, las moiras son las homólogas de las parcas en la mitología romana, laimas en la báltica y las nornas en la nórdica

La palabra moira significa exactamente destino. Según el estudio de la mitología griega, la cantidad de moiras que existían en la antigua Grecia quedó establecida en tres. Las tres moiras se encargaban de otorgar y seguir el destino de cada mortal desde su nacimiento, luego en el transitar de su vida, e incluso una vez que llegaban al Hades

Las tres moiras

El número de moiras ha cambiado a través del tiempo y según los diferentes escritos que existen sobre la mitología griega. En la Ilíada de Homero, el autor muestra a la personificación del destino como una sola figura aunque de forma muy abstracta, es concebida como una sola diosa que tiene en su poder la vida, la muerte y el destino del mortal durante toda su vida. 

Luego en la Odisea, también de Homero, el mismo autor hace alusión a las hilanderas, que se presume serían las responsables de hilar la vida de los mortales desde el momento en el que se les otorga el nacimiento y hasta su muerte. 

En Delfos, se habla de dos moiras solamente, una que es responsable de la vida, y otra que lo es de la muerte, en este texto no se habla de las hilanderas que tejen el curso de la vida. Finalmente se fijó el número de moiras en tres

Una de ellas, que es la responsable de hilar la hebra de la vida, es conocida como Cloto, siendo su equivalente romana Nona. Ella se invoca en el noveno mes de gestación. La siguiente de ellas era Láquesis, cuya traducción en romano era Décima. Ella era la responsable de medir con su vara, la longitud de la hebra de la vida de cada mortal, es decir, el largo que debía tener la vida de cada uno.

La tercera de las moiras lleva por nombre Átropos, que quiere decir inexorable o inevitable, aunque literalmente quiere decir “la que no gira”. En su versión romana se llama Morta, es decir, muerte. Ella con sus temibles tijeras, es la responsable de cortar la hebra de la vida en el momento preciso que tiene que ocurrir. Se le solía confundir con Enio que era una de las grayas. 

Zeus respetaba los designios de las moiras

Aunque no hay ninguna obra clásica que hable expresamente sobre hasta qué punto obedecía Zeus los designios de la moiras, algunos investigadores de la mitología griega lo afirman. Las moiras de hecho, tenían un templo contiguo al de Zeus, y algunos mitógrafos se atreven a asegurar que las moiras vivían sobre Zeus

Otros suelen decir que las tres eran hijas de Zeus junto con Nix que es la noche, o probablemente la madre de la tríada era Caos o Ananké, que era la necesidad; y una tercera versión asegura que las moiras eran hijas del mismo dios de los dioses junto con Temis, que era la justicia. 

Indiferentemente de quién eran hijas las moiras, la realidad es que eran unas divinidades no sólo respetadas, sino también temidas por todos los griegos, que conocían las grandes capacidades de las moiras para dictaminar el destino sin equivocarse en ningún momento. Las novias griegas solían jurar en su nombre y todas las mujeres en general solían ofrecer en su nombre mechones de pelo, quizás para obtener su protección. 

Como diosas y divinidades, las moiras eran alabadas en toda Grecia, más como un símbolo de respeto que de admiración. Aunque cada una de ellas se pudo separar de otras entidades propiamente de la muerte, dadas sus características y su justicia a la hora de escoger los designios que se debían cumplir por cada ser mortal.