Momia. Imagen de Jarrod Owen
Una momia es un cadáver reanimado y preservado por medio de los siglos a través de oscuros y misterios rituales.
El desarrollo de momificación radica en el cuidado del cuerpo eludiendo su descomposición y, puede ser natural; si cadáver se ha preservado en una atmósfera enrarecida, por poner un ejemplo, en un espeso pantano, o artificial; si el cadáver se ha preservado mediante pociones y bálsamos mágicos.
El desarrollo de reanimación de la momia es celosamente guardado por curas y chamanes que dan culto a oscuros dioses del desierto.
La momia final tiende a estar completamente cubierta en vendajes funerarios que cubren un cuerpo reseco y de color obscuro, en verdad, la palabra momia proviene del persa mummia, que significa betún.
A lo largo de los rituales de reanimación la momia queda relacionada a una cierta tumba o templo, que resguardará para toda la vida, y sus acciones son dirigidas por los espíritus y energías mágicas usados a lo largo de dicho ritual. Las momias son, ya que, las eternas observadores de tumbas.
Momia guardiana. Imagen de Luca Bancone
Son fuertes y capaces para pelear cuerpo a cuerpo pero sus movimientos son lentísimos en tanto que los procesos de momificación incrementan la rigidez de su cuerpo. No obstante, su determinación en el momento de proteger su territorio provoca que los ladrones de tumbas se lo piensen bien antes de confrontar a la eficiente momia.
Además de esto, siendo fallecidos vivientes son inmunes al mal, a las anomalías de la salud y a los venenos… pero tienen un punto enclenque; y sucede que son muy atacables al fuego.