Perséfone

Perséfone es conocida por ser la hija de Deméter. Además, fue criada entre el cuidado de las ninfas del mar que la entretenían y se comportaban como deidades amigas de la hija de la diosa Deméter. En la mitología griega, Perséfone era la esposa de Hades, el propio hermano de Deméter, ambos del rey de los dioses, Zeus. Esto la convierte también en reina del inframundo

Perséfone era la adoración de Deméter, pero cuando esta fue raptada por su propio tío, Deméter tuvo una depresión tan increíble que toda la tierra entró en una impresionante hostilidad, por lo que Zeus tuvo que intervenir en el conflicto para traer a Perséfone de vuelta. A partir de aquí, se explica el proceso de las estaciones en la tierra. 

La familia de Perséfone

El árbol genealógico de Perséfone era un poco complicado, tomando en cuenta que además de ser hija de Deméter, también lo era de Zeus, que también era su tío. Con respecto a su esposo, era el propio Hades, hermano de sus dos padres. En la Magna Grecia, y en todo el imperio romano, Perséfone respondía al nombre de Proserpina. 

Casi todas las versiones clásicas, de hecho, dan a Perséfone como hija de Zeus con su propia hermana, Deméter, aunque en alguna versión alternativa que poco se ha extendido, se puede leer que esta era la hija de Zeus junto con Estige. 

Perséfone es raptada por su tío Hades

Hades estaba impactado por la belleza de su sobrina Perséfone, así que elaboró un plan para robársela. Perséfone era una joven doncella bastante agraciada y encantadora. Estaba en algún momento recogiendo flores junto con Artemisa, Atenea y algunas ninfas en medio de una llanura griega. 

En determinado momento, de una grieta del piso surgió Hades, el gran dios del inframundo y la raptó. En su carruaje halado por caballos inmortales se llevó a la divinidad lejos, al gran infierno. Deméter buscó desesperadamente a su hija, tenía fe en tener algún conocimiento de su paradero, así que fue con Hécate o con la Osa Mayor, para conseguir respuestas sobre lo que había ocurrido con su hija. 

La información que consiguió fue que preguntara a Helios, el dios del sol que todo lo ve y todo lo sabe. Deméter entonces partió en un viaje a buscar a Helios, éste le explicó que Hades había sido quien se había llevado a Perséfone, bajo el consentimiento de su propio padre, Zeus. 

En otros textos, Deméter se entera de otras maneras lo que había ocurrido con Perséfone. Pero lo que ocurrió después es conocido en casi todas las narraciones que detallan los sucesos sobre la desaparición de Perséfone, raptada por Hades. Deméter al saber aquello, entró en cólera y luego en una gran depresión, que la hicieron hacer de la tierra un lugar hostil e inhóspito, sin condiciones para la vida. Zeus entonces se vio obligado a reflexionar. 

De esta forma, el rey de todos los dioses exigió a su hermano Hades que devolviera a Perséfone a la tierra. Mandó a Hermes, el dios mensajero, a buscar a la diosa hija de Deméter. Una vez que regresó, Deméter volvió a ser feliz y la tierra floreció nuevamente. 

El detalle con el regreso de Perséfone a la tierra, es que en el Hades se vio obligada a comer varias semillas de granada que le hacían regresar al inframundo por seis meses cada año. Aunque en algunos textos las semillas de granada las comió ella con completa consciencia. También otros textos señalan que ella las comió sin ser obligada a hacerlo, pero que no tenía idea de las consecuencias que tendría esto en su vida. 

Con este mito, se explicaría los seis meses de hostilidad y esterilidad en la tierra como es invierno y otoño; seguidos de los seis meses de florecimiento como lo son primavera y verano.