Pesadilla. Imagen de Hana Ratouská
Las pesadillas son corceles desalmados que habitan en planos inferiores, donde el mal es mucho más poderoso.
Su apariencia se parece mucho al de un enorme caballo, en general negro, con ojos refulgentes y colorados, exactamente la misma los agujeros nasales. Sus crines son llamas anaranjadas y sus cascos son ascuas candentes.
Tienden a ser monturas de otros seres desalmados; fallecidos vivientes y enormes señores del mal que están, de la misma la pesadilla, en los planos mucho más bajos. Como monturas son fieles a sus jinetes, con los que no requiere estar comunicado verbalmente en tanto que la pesadilla descubre el estado anímico del jinete y sabe accionar consecuentemente.
Es un fallo estimar a la pesadilla como un fácil caballo, no solo por la elevada sabiduría que exhibe, si no por la naturaleza no biológica de la pesadilla. Se considera que, en origen, fue un sirviente humano al que las fuerzas oscuras brindaron forma de caballo para ser montado.
Pesadilla y jinete. Imagen correspondiente a Vigil Games
Las pesadillas obedecen sin reparos a las criaturas mucho más malvadas, si bien podrían ser útil asimismo a seres de naturaleza mucho más noble mientras que logren adiestrarlas con los conjuros correctos. Aun de esta manera, el poder de estos conjuros es corto y solamente sobrepasa los 3 días.
No precisan alimentarse ni respirar, lo único que toman es una suerte de viruta que está compuesta eminentemente por platino. Los seres que procuran domesticar mágicamente a la pesadilla tienen que ofrecer este “alimento” al corcel para conseguir que este les obedezca.
Una pesadilla no es nada repudiable como enemigo. Son realmente fuertes y tienen la posibilidad de agredir con sus cascos candentes ocasionando quemaduras y lesiones fatales. Además de esto, mientras que están en medio de una pelea se desprende de sus agujeros nasales un gas tóxico que paraliza a sus contendientes.
Las pesadillas asimismo actúan como mensajeras, llevando novedades y conclusiones de los concilios oscuros.