En condiciones generales, Plutón era el dios romano del inframundo. Era hermano de Júpiter y fue uno de los tres hermanos que, su madre Ops, salvó de ser devorado por su padre Saturno. Una vez que Júpiter tomó el control de todo y desplazó a su padre, le atribuyó a Plutón el poder del inframundo.
La morada de Plutón se ubica en todo el centro del Tártaro, que es el inframundo para los romanos. Este dios tiene un equivalente en la mitología griega que es Hades, pero en realidad Plutón es más benigno que el propio Hades. El griego tiene una connotación un poco más severa y malévola que Plutón.
Su nombre no se puede confundir con el de Pluto, que es el dios griego de la riqueza. Por otro lado, el dios del inframundo es el único de los dioses que puede estar seguro de que podrá gobernar eternamente, desde el principio de los tiempos nunca nadie se impuso ante su poder ni pretendió doblegarlo.
Las leyes del inframundo que fueron presentadas por el dios Plutón deben permanecer inquebrantables hasta el final de los tiempos, y nadie tiene derecho a ir en detrimento de ellas. El poder, el liderazgo y la gobernabilidad del dios del inframundo está reconocida por todos los dioses y por todas las demás criaturas que hacen vida tanto dentro como fuera del Tártaro.
Mito de Plutón y Proserpina
Este es un mito que se traslada directamente desde la mitología griega, cuando se narra el origen de las estaciones del año a partir del secuestro de Perséfone, la hija de Deméter, por parte de Hades. El caso en esta mitología griega es que Plutón decidió raptar a Proserpina, que era la hija de Ceres.
Una vez que ocurrió el rapto, Plutón desposó a su víctima, pero Ceres quedó en la tierra realmente triste por todo lo ocurrido, pasó mucho tiempo buscando a su hija por todos los lugares posibles en la tierra. Mientras Ceres estuvo incesantemente buscando a su hija, la tierra se volvió completamente estéril, dando paso a la estación del invierno.
Júpiter preocupado por aquella situación en la que se encontraba Ceres, pidió a Mercurio que fuese al inframundo a ordenar a el dios Plutón que liberara a Proserpina para que Ceres pudiera estar feliz. Plutón obedeció pero antes hizo a la joven comerse seis semillas de granada como símbolo de fidelidad en el matrimonio.
De esta forma, el trato era que Proserpina pasara seis meses con el dios Plutón en el inframundo y seis meses con su madre Ceres, en la tierra. Bajo este trato, Ceres, que era la diosa de la naturaleza, de la tierra y de la agricultura, colocaba la tierra hermosa cuando se acercaba el momento del regreso de Proserpina. Cuando ésta ya no estaba, entraba el inhóspito y hostil invierno, para dejar sin color y sin vida, todo a su paso.
Plutón, un dios temible pero benefactor
El dios Plutón es conocido por ser un dios realmente temible, pero al mismo tiempo, es el dios más justo del panteón grecorromano, esto porque todos los seres, indiferentemente de su clase, sexo, religión o condición social, irían al Tártaro y allí tenían un lugar asegurado para ellos.
Con el paso del tiempo, los romanos comenzaron a ver en Plutón a un dios más benefactor y justo que malévolo, lo que lo llevó al lugar del respeto más que del miedo. Todas las personas, pueblos romanos e incluso los mismo personajes míticos, sentían un profundo respeto por la autoridad de este dios del inframundo porque, pese a su gran poder, no era tirano ni mostraba su poder por encima de los demás, sino que por el contrario, lo manejaba de forma justa para todos en su reino.
Plutón o Plutus
Plutus, que es la ortografía latina de Plutón, es el dios de la riqueza. Se supone que nació en la isla griega de Creta y es el hijo de un héroe local llamado Iasion y la diosa Deméter, que es la diosa de la cosecha y la fertilidad. A menudo se le representa como un niño que lleva un recipiente de trigo en forma de cuerno llamado cornucopia.
La razón por la que Plutus lleva el trigo es porque originalmente se suponía que sólo representaba la riqueza en términos de producción agrícola, como la abundancia de cultivos. Pero finalmente llegó a representar la riqueza en general.
Plutus era ciego
El dios griego Zeus cegó a Plutón cuando era muy joven, para que no sólo bendijera la riqueza a la gente buena y a los que la merecían, sino a todo el mundo. El famoso dramaturgo griego Aristófanes escribió una vez una comedia sobre Plutón, en la que recupera la vista y a partir de entonces sólo otorga la riqueza a aquellos que realmente la merecen.
Plutón no sólo era ciego, sino que también era discapacitado. Esto explicaba por qué la riqueza a veces tardaba mucho en llegar. Además tenía alas, lo que significaba que representaba por qué se iba mucho más rápido de lo que venía.
Plutón es a menudo representado como un infante en los brazos de las diosas
Muchas representaciones de Plutón lo muestran como un bebé, sentado en los brazos de Tykhe (Tyche) – que es la diosa de la buena fortuna – o Eirene (Irene), que es la diosa de la paz. Esto fue hecho para mostrar que la riqueza raramente viene sola. A menudo viene de la mano de la buena suerte o la paz.
La palabra «Plutocracia» deriva de Plutón
La palabra inglesa «plutocracia» significa un sistema de gobierno en el que los ricos gobiernan. Otras palabras inglesas que se derivan de Plutus incluyen «plutonomía», que es el estudio de la gestión de la riqueza, «plutomanía», que es un deseo irracional de riqueza, y «plutolatría», que significa idolatrar la riqueza.