Noche tras noche, quedamos maravillados con la belleza del firmamento. Y es que este es un fenómeno tan hermoso e interesante que ha sido objeto de estudio durante muchos años. De hecho, existen registros de civilizaciones que estudiaron las estrellas y constelaciones muchos años antes de Cristo.
Sin embargo, no se hace el estudio de cada una de las estrellas, ya que esto llevaría muchos años y sería imposible. Para ello, se forman grupos de estrellas, los cuales se denominan constelaciones. Cada constelación tiene un nombre específico de acuerdo a una forma imaginaria que toma en el cielo.
Origen de las constelaciones
A pesar que las constelaciones han cambiado con el paso de los años, algunos de sus nombres se han mantenido. Estos tienen diversos orígenes, muchos de los nombres hacen referencia a los signos del zodiaco o historias mitológicas. Con respecto a esta última, la mitología griega y romana tuvieron una gran influencia.
Actualmente, se desconoce a ciencia cierta cual es la constelación más antigua. Muchos astrónomos apuntan a que tienen su origen en la Era del Hielo. Esto debido a que existen diversos reportes donde la Osa Mayor era usada cómo guía.
También se han hallado documentos de los antiguos babilónicos, donde usaban las mismas para predecir el cambio de estación. Posteriormente, fueron usadas por los marinos para surcar los mares sin extraviarse.
Hoy en día, existen 88 constelaciones en la carta estelar, cada una de ellas con sus propias características y componentes. Para facilitar su estudio, estas suelen dividirse en dos grandes grupos, las constelaciones del hemisferio Norte y las del hemisferio Sur.
Constelaciones del hemisferio Norte
En la actualidad, la Unión Astronómica Internacional reconoce 36 constelaciones ubicadas en el mapa estelar del hemisferio norte. En términos generales, su origen se remonta miles de años atrás, donde eran usadas por civilizaciones antiguas. Incluso, existen datos pertenecientes al año 5.600 a.C.
De hecho, estos grupos de estrellas son muy similares a las que fueron descritas por los egipcios. El origen de los nombres de las constelaciones del hemisferio Norte se le atribuye, en gran parte a los griegos.
A pesar de que estos no le daban forma propiamente dicha, le atribuían los diversos cuentos de su cultura a cada constelación. Uno de los ejemplos perfectos es la constelación Perseus, la cual representa al héroe mitológico Perseo que decapitó a medusa.
A pesar de su trasfondo mitológico, no se puede negar que los griegos fueron unos de los que más estudiaron el firmamento. Incluso, en el siglo II d.C, el astrólogo griego Ptolomeo, reunió en una carta estelar un total de 48 constelaciones, de las cuales 21 pertenecían a este hemisferio.
Este realizó un estudio tan preciso, que cientos de años después, aún conservamos 47 de ellas. Entre las constelaciones del hemisferio Norte más conocidas podemos encontrar la Osa Mayor, Andromeda, Orión, Hércules y Pegaso.
Constelaciones del hemisferio Sur
Por otro lado, en la carta estelar tenemos el grupo de constelaciones ubicadas en el hemisferio Sur. En total, este grupo está conformado por 52 constelaciones distintas. Casi todas estas son más recientes que las pertenecientes al hemisferio norte.
El origen de la mayoría de ellas se remonta al siglo XVI, cuando los exploradores europeos surcaron nuevos mares. Estos, al encontrarse ante un nuevo firmamento, se vieron en la necesidad de crear una nueva constelación para ubicarse y seguir un rumbo fijo.
De esta manera, fueron surgiendo una gran cantidad de constelaciones nuevas, a las cuales se les dieron diferentes nombres. Al encontrarnos en una época marcada por los avances, los nombres no eran basados en cuentos. Estos trataban de emular animales y objetos de uso diario.
Una gran parte de las del hemisferio Sur fueron creadas por el astrónomo francés Nicolas-Louis de Lacaille. Este plasmó en su mapa estelar 14 constelaciones en total. Todas ellas fueron bautizadas en honor a los instrumentos e inventos de gran importancia de la era de la Ilustración.
Otro gran grupo de las constelaciones de este hemisferio fue creado por el astrónomo Petrus Plancius. Este usó las observaciones hechas por el explorador Pieter Dirkz Keyser para establecer su carta estelar con 12 nuevas constelaciones. Cada constelación de este grupo lleva el nombre de algún animal, o está relacionada con la historia natural.
Finalmente, algunos años después, Johan Bayer, el astrónomo que publicó el primer atlas celeste extenso, creó otras nuevas constelaciones pertenecientes al hemisferio sur. Sin embargo, entre los años 1928 y 1930, los astrónomos llegaron a un acuerdo donde reconocían finalmente 88 constelaciones en total.
La constelación más conocida
Probablemente una de las más conocidas es aquella de la familia de los signos del zodiaco. Este grupo de constelaciones está ubicado en la franja de la esfera celeste, alrededor de la línea eclíptica. Por ello no se puede incluir dentro de la clasificación de los hemisferios.
Esta se encuentra compuesta por 12 constelaciones distintas que hacen alusión a todos los signos zodiacales. En este sentido, encontramos a Aquarius, Aries, Cáncer, Capricornus, Gemini, Leo, Libra, Pisces, Sagittarius, Scorpius, Taurus y Virgo.
Las de los signos zodiacales tienen un origen griego. Sin embargo, su forma no estaba bien delimitada y han cambiado mucho con el paso de los años. Por ejemplo, las largas tenazas que tenía Scorpius en la antigüedad, hoy son consideradas parte de Libra.
Otra de las constelaciones más famosas que existe es la Constelación de la Osa Mayor. A pesar de ser conocida por diversos nombres a lo largo de la historia, era sumamente importante en todas las culturas. Esta era usada por los viajeros para ubicar el norte durante la noche, a través de la estrella Polaris.
Cuando de constelaciones importantes del hemisferio sur se trata, es imposible no nombrar a la Constelación Crux. Esta se identifica fácilmente en cualquier parte del hemisferio. Además, ha sido tan importante en la historia, que forma parte de las banderas de Brasil y Australia.
Como puedes ver, han sido objeto de estudio durante miles de años. Sin embargo, hoy en día no tienen la misma utilidad que en la antigüedad. Sin embargo, son usadas para poder ubicar diversas estrellas que se encuentran a diferentes distancias.
A pesar de ello, aún son un fenómeno digno de estudiar. Para muchos astrónomos, resulta muy interesante observar todas las formas que se pueden hallar en el firmamento.