Quimera pelea contra Pegaso. Imagen de Marc Camelbeke
La quimera es un ser monstruoso de origen obscuro, híbrido entre un león, un macho cabrío y un reptil. Este último tiende a ser un dragón, si bien asimismo puede ser representado por una serpiente.
La parte frontal es la de un león de color torrado y de importante tamaño. La parte de atrás es la de un colosal macho cabrío de color negro. Tiene asimismo unas enormes alas de dragón, que tienden a ser negras o rojas. Tiene 3 cabezas; una de dragón, otra de león y la tercera de macho cabrío.
La quimera puede estar comunicado en el lenguaje mágico de los dragones, si bien no se para a charlar con criaturas a las que considera inferiores.
Tiene especificaciones de los seres de los que está compuesta. Su hábitat va a depender de la parte dominante de la quimera en tanto que la una parte de dragón tiene prioridad por vivir individualmente, pero su una parte de león elige las manadas.
Quimera sobrevolando la costa. Imagen de Dan Scott
Comunmente se nutre de la carne de los animales que caza pero, en temporada de escasez, sigue con vida merced a su cabeza de cabra, que puede alimentarse de yerbas en los prados.
Este ser es increíblemente arriesgado en el transcurso de un combate ya que sus garras de león tienen la posibilidad de desgarrar a cualquier hombre de un solo barrido. Puede usar asimismo la cabeza y los cuernos de cabra para morder y pegar. Pero es su cabeza de dragón la mucho más temida de las tres, especialmente cuando lanza un cono de fuego.
Le agrada amontonar bienes, probablemente por su lado de dragón, sin otro fin que realizar montañas con ellos. Explota las monedas de los hombres, elfos y demás humanoides a los que agrede y aniquila para conformar sus montañas doradas y plateadas.
En la mitología griega, la figura de Quimera es destruida por el héroe Belerofonte cabalgando a lomos del corcel Pegaso. Pegaso logró fatigar y desesperar a la temida Quimera merced a su mayor agilidad en el vuelo, lo que dejó a Belerofonte asestarle un golpe mortal con la punta de su lanza.
