Rea

Rea era una titánide, fue hija de Urano y Gea. También era la esposa de su hermano Cronos, el más temible de los titanes. Era una divinidad de las cavernas y las montañas, murallas y fortalezas. También estaba encargada de la Naturaleza y los animales, sobre todo de leones y abejas.

Rea forma parte de los inicios del panteón griego, siendo la madre de los Dioses griegos más importantes.

Su carro era conducido por su amante Atis. Parte de su séquito lo conformaban los Coribantes y los primeros Dáctilos, que se mantenían a su servicio. Forma parte de la tercera generación de hijos de Urano y Gea.

Representación de Rea

Unas vestimentas frigias y una corona con forma de muralla son las formas más comunes para representar a la impresionante Rea. Por lo general, su representación personal más importante es sujetar un cetro o una espiga de trigo.

Del mismo modo, Rea es portadora de las llaves que dan acceso a todas las riquezas de la tierra. El carro en el que suele andar simboliza la superioridad de la madre Naturaleza, Incluso los leones que tiran de este vehículo, están subordinados a los poderes de la naturaleza.

Algunos relatos la identifican sentada en un trono, donde además está custodiada igualmente por leones.

Rea matrimonio con Cronos

Tras derrotar a Urano, su padre, Cronos y Rea subieron al trono como reyes de los dioses. Esta época de la mitología griega se conoce generalmente como la edad dorada. Los pobladores del mundo no necesitaban ningún tipo de ley porque todos se comportaron maravillosamente, todo se hacía de forma correcta sin necesidad de utilizar leyes.

Rea tuvo seis hijos con Cronos, pero este fue el verdugo de sus propios hijos. Los dioses hijos de Rea con Cronos fueron Hestia, Deméter, Hera, Hades y Poseidón. A todos se los tragó nada más nacer, excepto a Zeus, al cual lo intercambio por una piedra.

Gea y Urano previamente habían revelado a Cronos que estaba destinado a ser derrocado por su propio hijo, en venganza de lo que él había hecho con su padre. Esa advertencia fue una especie de sombra para él, que le hizo atentar contra sus hijos, para impedir que ocurriera la premonición dada por sus padres.

Durante la lucha de Zeus por salvar a sus hermanos de la garra de su padre, Rea se mantuvo del lado de los Dioses. Esta posición le permitió no ser encerrada juntos a Cronos en el Tártaro. En adelante, Rea fue muy feliz al lado de Atis como su amante.

El amor entre Hipómenes y Atalanta

Había una ágil cazadora y su nombre era Atalanta. Esta cazadora estaba consagrada a Artemisa, así que la regla a cumplir era que se debía mantener siempre virgen. Un oráculo predijo una vez que si la chica desobedecía aquella regla y se casaba, entonces se convertiría en animal.

Para evitar que cualquier persona se le acercara como su pretendiente, Atalanta tuvo una idea maravillosa y anunció que quien quisiera ser su esposo, debía ganarle en una carrera. Si Atalanta triunfaba, entonces tendría la potestad de matar a su oponente.

En cada carrera, Atalanta dejaba en ventaja a sus rivales al comienzo de la competición, pero al final de la carrera, ella siempre era quien vencía y les mataba. Un día apareció el hombre que logró derrotarla.

El victorioso ganador tenía por nombre Hipómenes. Fue capaz de obtener la mano de Atalanta gracias a una jugada de su parte. El joven llevaba consigo unas manzanas de oro que le había regalado Afrodita.

La táctica de Hipómenes era que cada vez que la joven iba a darle alcance en la carrera, este dejaba caer una de las manzanas. Atalanta se detenía a recoger la fruta, completamente hechizada por su mágica belleza. Dado que ella se distraía con cada manzana que caía, Hipómenes pudo llegar a la meta un poco más rápido.

Durante un tiempo Atalanta e Hipómenes vivieron felices, siendo parte uno del otro de sus experiencias en la cacería y otras hazañas. Un día, los esposos creyeron que sería buena idea tener un encuentro romántico en un santuarios de Rea.

La diosa al percatarse de tal situación, enfureció inmediatamente y los transformó en dos leones. Los antiguos griegos pensaban que los leones no se cruzaban entre sí. Esto quiere decir que con el castigo, Rea no sólo les arrebató su condición de humanos, sino que los condenó a una vida separada. Estos son los dos leones que tiran de su carro.