Mitología Romana

En la mitología romana podemos encontrar dos partes, la más antigua, a la que corresponden los rituales y mitos del lugar de nacimiento de los antiguos romanos, de herencia predominantemente etrusca. Y la más moderna, que corresponde a la sincretización posterior con la cultura y mitología griega. Esta segunda “vertiente” es de carácter literario e influye en los antiguos ritos latinos, transformándolos. Así pues, la religión de la Antigua Roma, aunque contara con un origen propio, se fusionó con las creencias griegas, formando lo que hoy conocemos como el mundo greco-latino.

Historia de la mitología romana

Según el calendario romano, la ciudad de Roma es fundada en el año 753 a.C., este evento es de suma importancia para la cultura romana, llevando la cuenta de los años desde ese momento. El mito dice que Rómulo y Remo fundaron la ciudad en una de las siete colinas que rodean el río Tíber. Los itálicos tenían un panteón muy similar al de los helenos, ambos eran pueblos indoeuropeos con orígenes comunes.

Así que cuando la recién formada República Romana comenzó su expansión en la península, pronto se topó con las antiguas colonias griegas del sur de Italia, lo que se conocía como Magna Grecia. Aunque los etruscos ya habían empezado a introducir la cultura griega en su territorio antes de la independencia de Roma, fue este el punto de inflexión en que la cultura romana absorbió a la griega.

La mitología romana y la religión romana, ya considerada paganismo, entró en declive durante el imperio tardío, ante el avance del cristianismo y otras religiones orientales. Las religiones paganas fueron vilipendiadas y finalmente perseguidas a lo largo y ancho del Mediterráneo.

Mitología romana
Ilustración por Feig-art

Características de la mitología romana

Sin duda alguna la característica más notable sobre la mitología romana es su capacidad de absorción y sincretización con otras religiones, como ya hemos establecido en el apartado anterior con la absorción de la cultura griega.

Sin embargo, la capacidad de los romanos para absorber otras culturas no queda solo ahí y tiene una interesante explicación. Por ejemplo, durante la época republicana, con la invasión de Anatolia (actual Turquía), los romanos trajeron consigo el culto y estatuas de la diosa Cibeles, una deidad Madre Tierra cuyo culto se extendía hasta el Neolítico.

La religión romana aceptó a esta diosa y le dedicó un templo en su ciudad. Este hecho favorecía que la gente de todas partes del imperio peregrinaran a Roma para rendir culto a sus propios dioses locales. Estas peregrinaciones, a su vez, favorecían el comercio y los intercambios de capital. Además, albergar templos de los dioses de los pueblos conquistados en la capital, otorgaba cohesión al Estado.

Sin embargo, esta avidez de fusión y sincretización con pueblos extranjeros supuso también el debilitamiento de la mitología romana y su religión más tradicional tradicional. Durante los últimos momentos del imperio, con el cristianismo creciendo, religiones orientales como el culto a la diosa egipcia Isis o al dios solar Mitra vieron una oportunidad. De hecho, el mitraísmo llegó a convertirse en la religión oficial del imperio antes de que Constantino I la cambiara por el cristianismo.

Dioses en la mitología romana

Como hemos establecido antes, la mitología romana disponía de una religión propia, en la que se basan los ritos más ancestrales. Sin embargo, al fusionar sus antiguos dioses con los griegos, podríamos decir que no tuvieron dioses propios propiamente dichos. Así pues, repasaremos algunas de las divinidades más influyentes de la historia de Roma, sean locales o extranjeras.

  • Júpiter: Análogo directo de Zeus, padre de los dioses y de los hombres y uno de los dioses más importantes de la mitología romana. Ya existía la deidad romana juppiter, que adquirió los rasgos de su equivalente, como ser el señor del trueno y rey del Cosmos. No obstante, con el tiempo adquirió unos atributos más acordes con el Estado romano, como son la justicia, el derecho y la autoridad de la Ley. Sus símbolos eran el águila, el cetro y el rayo.
  • Neptuno: Equivalente al dios griego Poseidón, rey de las aguas. Se le suele representar a lomos de un caballo blanco, como espuma de mar y suele estar rodeado de caballos y delfines, que también utiliza como montura. Hasta el año 399 a.C. es el dios de las nubes y la lluvia, hasta que se decide importar el culto de las colonias griegas de Sicilia.
  • Minerva: Análoga de la griega Atenea, diosa de la inteligencia y la guerra justa, protectora de las instituciones, la civilización, las artes y las ciencias y patrona de los artesanos. Suele ser representada acompañada de un búho. El mito dice que Júpiter se tragó a Metis, la Prudencia. Después de esto tuvo un terrible dolor de cabeza, así que le pidió a Vulcano que le abriese el cráneo con un martillo. De esta manera nació Minerva.
  • Juno: Equivalente a Hera, diosa del matrimonio y reina de los dioses. En la mitología romana, además, representa la maternidad. Se cree que al principio fue una diosa etrusca hasta que se fusionó con el mito griego.
  • Venus: Diosa de la belleza y la fertilidad, es análoga de la griega Afrodita, pero su culto es mucho más antiguo. A ella estaban consagradas muchas fiestas romanas. Al igual que muchos otros dioses romanos, Venus es una fusión entre una diosa etrusca y una egipcia.
  • Cibeles: Diosa de la Madre Tierra. Encarnación de la tierra fértil, diosa de las cavernas, las montañas y las murallas. Su culto se practica desde el Neolítico. Fue originariamente diosa de los frigios, un pueblo indoeuropeo que residía en Anatolia, la actual Turquía. Actualmente es la diosa romana más conocida de la mitología romana.
  • Isis: Una de las principales divinidades del panteón del Antiguo Egipto, pero su culto se expandió por todo el Mediterráneo, influyendo a las colonias romanas y a la propia ciudad. En el mundo grecolatino no tenía un dogma fijo y las interpretaciones de su mito variaban de ciudad a ciudad y de templo a templo.
  • Mitra: Dios del Sol, conocido desde la Antigüedad, sobre todo en Persia y la India. Los romanos aceptaron su culto en el 62 a.C., tras su contacto con los pueblos del Levante mediterráneo. Sin embargo, no será hasta siglos más tarde, durante el imperio romano tardío en el siglo III, cuando su culto se convierte en uno de los principales del Estado.
  • Sol Invictus/Heliogábalo: El dios Sol había sido equivalente a Helios de la mitología griega. Sobra señalar que se trataba de un dios solar. Sin embargo, durante el reinado del emperador adolescente Heliogábalo, este importó el culto del dios El-Gabal de la ciudad siria de Emesa, su ciudad natal. Este emperador sustituyó todo el panteón romano por el culto de este dios, lo que le ganó su asesinato en el 222 d.C.

Para conocer más sobre la mitología romana, en este vídeo conocerás muchos de sus aspectos de forma rápida y entretenida: