Sátiro observando a una ninfa. Imagen de Weronika Krol
Los sátiros son criaturas salvajes propias de los montes y los bosques que se identifican por su carácter despreocupado, despiadado y lascivo.
Físicamente son como humanos con la cabeza y los brazos muy pilosos. Tienen unos pequeños cuernos negros y las extremidades inferiores de macho cabrío. Su piel y su pelo son de un color cobrizo obscuro o pardo rojizo. Tienen la posibilidad de medir hasta 3 metros de prominente.
Les gusta mucho retozar por los campos, apresar, tocar el caramillo y perseguir ninfas.
Los sátiros muestran un particular interés por la música y el baile. Su danza es famosa como sikinnis y, con frecuencia, organizan improvisados recitales de caramillo con los que gustan a las ninfas.
Estos seres son populares por su afición al vino y a las borracheras. Aprovechan cualquier ocasión para ordenar estruendosas orgías y saciar de este modo sus incontrolables deseos sexuales.
Sátiro saltando. Imagen de John Stanko
Según las leyendas griegas, los sátiros formaban una parte del cortejo de Dionisio, Dios del vino y la fertilidad agrícola. Dionisio descubrió el vino y deseó anunciar la arrebatadora bebida, conque recorrió las aldeas y pueblos acompañado por su cortejo compuesto por sátiros, centauros y ciertas ninfas seducidas por la música y el vino.
Los pastores y ganaderos temían la llegada de los sátiros en tanto que sus fiestas espantaban a los rebaños y animales familiares de la región.
Hay unos seres populares como faunos que, probablemente, estén relacionados con los sátiros, si bien tienen un carácter muy distinta. A lo largo de varios años, los faunos fueron el símbolo de la fertilidad agrícola, más que nada en cosechas de grano y uva.
Los faunos tienen el cuerpo y la cara de un hombre, y las patas, la cola y las orejas de un ciervo. No son seres hostiles ni beligerantes y distribuyen la pasión de los sátiros por el caramillo.