Para los toltecas y otros pueblos mesoamericanos, la figura de Tezcatlipoca propiamente es representado de color negro, mientras que la dualidad antagónica que le hace contraposición a Tezcatlipoca, es llamado Quetzalcóatl o Tezcatlipoca blanco. Según el mito de este personaje, habría nacido a partir de Ometéotl, que dio vida a las tres deidades aztecas principales.
Los cuatro hijos concebidos por el padre de este Dios, fueron Yayauhqui o Tezcatlipoca oscuro, el segundo hijo fue Tlatlauhqui Tezcatlipoca o Tezcatlipoca Rojo, en otros textos conocido como Xipe Tótec; el tercer hijo due Tezouhqui Tezcatlipoca o Tezcatlipoca Azul, y finalmente el cuarto hijo fue Tezcatlipoca blanco, también conocido como Quetzalcóatl.
Tezcatlipoca en el manuscrito antiguo
Según un antiguo manuscrito en el que se detalla la historia de la cosmología que envuelve a los 4 Dioses, los únicos hermanos que reciben este apelativo son los dos mayores de la pareja divina de la creación, los siguientes dos hermanos son conocidos por sus nombres propios.
El manuscrito conseguido donde se narra el principio de la vida según los toltecas, destaca que la divinidad dual que fue responsable del inicio de los tiempos, engendró cuatro hijos con diferentes poderes cada uno, siendo el más importante el segundo de ellos, quien fue el que tuvo mayor fuerza sobre todos los demás.
Tezcatlipoca y el mito de la creación de la tierra
Una historia bastante curiosa de la mitología azteca cuenta que entre Tezcatlipoca y Quetzalcóatl originaron al mundo. En ese momento lo único que existía en el mundo era un gran océano primigenio, en el que habitaba la gran bestia de la tierra, Ambos se pusieron de acuerdo para hacer que la bestia saliera a la superficie para atraparlo.
Esta deidad se ofreció como señuelo para dar cabida a que el animal emergiera de las profundidades. El dios Tezcatlipoca colocó su pie para que pudiera ser comido por la bestia, cosa que ocurrió inmediatamente. El animal salió de las profundidades y emergió a la superficie, comiéndose el pie del Dios.
Una vez que la bestia salió a flote, ambos hermanos lo tomaron en sus manos y lo extendieron en todo el vasto océano primigenio para hacer de él la tierra en la que crecería todo lo que conocemos sobre ella. Los múltiples ojos que tenía el animal se convirtieron en los estanques y lagunas, mientras que las fosas nasales del animal fueron las cuevas y cavernas.
Para los toltecas, este dios era conocido por ser un protector y transformador que tuvo la misión de bajar a la tierra haciendo uso de una tela de araña en virtud de destruir la obra de Quetzalcóatl. Se le apareció a éste con un brebaje con el que le prometió la inmortalidad, pero en realidad era un trago de pulque, una bebida que lo volvió loco de remate.
Representación de Tezcatlipoca en la cultura
Casi todas las representaciones del dios azteca Tezcatlipoca lo muestran de la misma forma, con un tipo especial de tinte con reflejos metálicos, al mismo tiempo que se le suele colocar una franja negra en el rostro y un espejo en el pecho, con el cual puede ver todas las acciones de la humanidad.
De este espejo que tenía en el pecho emergía un denso humo que era capaz de asesinar a todos sus enemigos. Al final de su pierna, y donde debería estar su pie, muestra un hueso al descubierto, como recordatorio de la hazaña que hizo ante la gran bestia que moraba en el océano primigenio y a partir de la cual se crearon todas las tierras que hoy conocemos.
El emblema de esta deidad es un cuchillo fabricado en obsidiana que representa el viento negro y cortante, así como también las palabras que desarmonizan el ambiente y la comunicación mal empleada.