Tonatiuh

Ya hemos hablado de esta deidad azteca en posts anteriores aunque de una forma diferente. Cuando nos referimos a Tonatiuh, hablamos de la figura y la denominación que adquirió el quinto sol después de la gran batalla de los soles. Para los nahuátl es una deidad todopoderosa a la que se le ofrecen sacrificios y gracias a la cual se puede ver el florecimiento de la vida en la tierra. 

La historia del nombre de Tonatiuh tiene su origen en la guerra de los soles, o más propiamente dicho, las eras de los soles. Es que los nahuátl creían que el sol también tenía un ocaso, en el que se convertía en la luna para dar paso a otro sol.

¿Cómo Nanahuatzin se convierte en Tonatiuh?

En la historia de la creación del nuevo sol, los dioses pidieron a dos personificaciones de dioses, que se postularan como candidatos para crear un nuevo sol y así lo hicieron. Después de haber destacado como elegido para ser el sol, gracias a su valentía, Nanahuatzin se convirtió en el dios todopoderoso del sol. 

Una vez que su reinado se extendió, ya el poder de Nanahuatzin no tenía límites. Fue entonces cuando comenzó la guerra de los soles. Los otros dioses menores comenzaron a luchar contra los soles preexistentes, recordemos que Nanahuatzin era el quinto Dios. Durante toda la batalla y las discusiones, Nanahuatzin se quedó callado y no se inmiscuyó en ningún asunto. 

Sobre el mito del conejo que se le lanzó al dios rico que se convirtió en la luna, para opacar su brillo, hay diversidad de versiones. Una de las versiones es la que ocurrió en ese momento. Durante la batalla con los dioses del sol, uno de los dioses menores le lanzó un conejo al segundo sol, traspasándolo y matándolo. 

Después de la muerte del segundo sol, fue cuando Nanahuatzin se convirtió en Tonatiuh, haciéndose el gran todopoderoso del cielo y alabado por todos los pueblos aztecas. 

Sacrificios humanos a Tonatiuh

Algo interesante sobre el dios del sol Tonatiuh, es que su poder era tan omnipotente, que exigía sacrificios humanos diarios para poder mantener su brillo, al menos esto era lo que pensaban los aztecas y los mexicas. Si los humanos se resistían a enviarle los sacrificios que él exigía, entonces se escondía cada día como descontento por no haber sacrificado a nadie. 

Las exigencias del dios Tonatiuh eran bastante específicas, le pedía a los humanos que le ofrecieran en sacrificio el corazón de dos personas, los cuales servían para alimentarse después de las batallas que libraba durante toda la noche. 

Por el día se encontraba en compañía de otros dioses y otras diosas que eran conocidas como Cihuateteo, y que le acompañaban por haber muerto en el parto u otras circunstancias que tuvieran que ver con el agua, ya sea de sequía o de inundación. 

El sol y los mexicas

La tribu de los mexicas tenían una fijación especial con el sol, sentían gran admiración por este astro, para ellos un dios. El caso es que entendieron que muchos procesos naturales tenían que ver directamente con el gigante amarillo, así que en nombre de Tonatiuh, hicieron un calendario solar. 

Este calendario solar de los aztecas se caracterizaba por ser el segundo de mejor precisión de la época, solo superado por el calendario de los mayas que ya estaba consagrado como el más preciso para saber el curso de los días, de las horas y del tiempo en general. 

Muchos de los monumentos mexicas que se mantienen en pie al día de hoy, de hecho, están alineados según la posición del sol, tomando en consideración las especificaciones del calendario solar desarrollado por los aztecas.