En el panteón romano, Venus es la diosa de la belleza, del amor y de la fertilidad. Su contraparte en la mitología griega es Afrodita. Era madre de Cupido y Formido, ambos reconocidos por ser los dioses del deseo amoroso y del miedo, respectivamente.
Venus era la esposa de Vulcano, que era el dios romano del fuego. En su mandato, Julio César la adoptó como su principal protectora. Según algunas referencias literarias y mitológicas romanas, era el ancestro femenino del pueblo romano.
Para la mitología etrusca, que eran los pueblos que se erigían en el centro de lo que hoy conocemos como Italia, su diosa homóloga era Turan, que tomaba aspectos tanto de la Venus romana, como de la Afrodita griega.
Pese a que es la diosa equivalente a Afrodita en la mitología romana, esta diosa no es considerada tan sensual, ni tan bella ni tan marcada en cuanto a su personalidad, como sí lo es Afrodita. De hecho, en la cultura popular, Afrodita ha sido mucho más venerada, más popularizada y más alabada que Venus.
Los nombres de Venus
A la diosa romana del amor y de la belleza se le reconoce con diferentes nombres que aluden a sus distintos roles dentro de la sociedad romana de la época en la que era realmente venerada por los romanos. El cristianismo llegó para desterrar todo su culto, pero de igual manera quedaron los distintos nombres con los que era conocida.
Venus Acidalia es uno de los nombres más conocidos, que hace alusión al lugar donde la diosa tomaba sus baños, en la fuente Acidalia, que se ubicaba cerca de Ocrómeno, aunque otras explicaciones la relacionan con los términos de “cuidados” o “problemas”.
Armata era otro de los nombres con los que se le conocía y se asemeja a la victoria de las mujeres sobre los Mesenios. Otro nombre popular era Venus Aurea, por la cual muchos autores la entienden como una diosa en cuyos templos existían riquezas porque a las mujeres y jóvenes doncellas les gustaba llevar joyas y otros materiales preciosos en alabanza a la diosa.
Venus Barbata es un nombre bastante peculiar, ya que hace alusión a la estatua de Venus con barba que se erigía sobre Chipre. Los hombres rendían culto a la diosa del amor y de la belleza, por lo que cuando se hacían este tipo de eventos en los que se rendía culto a la diosa, los hombres solían asistir con trajes de mujeres y viceversa.
La de las nalgas bellas, era otro de los epítetos con los que se le conocía a la diosa del amor y de la belleza, haciendo alusión a los protuberantes y voluptuosos glúteos que dejaba ver en su cuerpo.
Así como estos, muchos otros nombres eran propios de ella , entre ellos Cloacina, Ericina, Félix, Genetrix, Libertina, Murcia, Obsequens, Urania, Verticordia, Victrix, Amica, Caelestis, Basilea, Basilis, Basilisa, Butias, Butis, Byblia y Calva.
Venus en la cultura popular
Como ya hemos detallado, su figura no es tan popular como lo es su par griega, Afrodita, sin embargo, esta también suele tener diferentes representaciones en el arte moderno y en la cultura popular. La mayoría de estas representaciones han sido realmente valoradas y famosas a lo largo del tiempo y de las épocas.
Algunas de las representaciones en el arte clásico fueron: la Venus de Milo que es, se podría decir, la escultura más representativa del período helenístico. Esta escultura data del año 130 a.C. La Venus de Médici es otra de las esculturas realmente importantes del mismo período, siendo propia del siglo I a.C.
Para el período posclásico, podemos nombrar algunas obras tales como la Venus dormida de Giorgione de 1507; el Nacimiento de Venus de Botticelli, cuyo año de elaboración se ubica entre el 1482 y el 1484.
Otras obras importantes fueron la Olympia de Manet de 1863, el Nacimiento de Venus de Alexandre Cabanel que data de 1863 y Venus en el baño, del artista John William Godward de 1901.