Zombis. Imagen de Guillem H. Pongiluppi
Un zombi es un fallecido viviente cuyo cadáver fué devuelto a la vida por medio de un obscuro ritual.
El origen de los zombis
Ya hace cientos y cientos de años, hechiceros y chamanes han levantado cadáveres mediante rituales de vudú con el único fin de transformar estos cuerpos putrefactos en esclavos.
La magia negra y la nigromancia alcanzan transformarlos en reales androides que, privados de toda sabiduría o humanidad, tienen la capacidad de hacer las órdenes mucho más malvadas.
El auténtico zombi
Es simple confundir a un zombi con un “infectado”. En fachada, los dos son cadáveres vivientes, no obstante, las diferencias son visibles; un zombi no requiere alimentarse. Sigue “vivo” merced al siniestro ritual que lo despertó. Un infectado es el resultado de un cadáver que ha fallecido por causas virales y que, gracias a este virus, regresa a la vida con necesidad de alimentarse, pero con unas funcionalidades neuronales básicas. Solo la parte mucho más primitiva de su cerebro está en desempeño y sostiene al cadáver alarma, en pos de carne fría y vísceras, que no duda en arrancar aun del cuerpo vivo de su víctima. Así, sostiene su metabolismo comprometido y el cuerpo a una elevada temperatura.
Asimismo es atrayente distinguir a un zombi de un necrófago; los necrófagos fueron alzados por magia considerablemente más vigorosa de la que se utiliza para alzar a un zombi. En general, acostumbra efectuar el ritual un nigromante o un hechicero consagrado a un dios de la desaparición. Merced a esta vigorosa magia, donde está implicada el alma de nuestra víctima, el necrófago mantiene su sabiduría, pero no su intención, que está supeditada a ese dios. El valor de este alzamiento se paga en ánimas, las ánimas de las víctimas del necrófago, que pasan a formar parte al dios tributado. Los necrófagos sí que procuran alimentarse de cuerpos y carne fría y, para esto, se asisten de la capacidad de inmovilizar a sus víctimas, llegando, en ciertos casos, a transformar a su víctima en un nuevo necrófago.
De qué manera distinguir a un zombi
Comunmente, son levantados de sus tumbas pasados unos días de la desaparición, con lo que su estado de parcial o avanzada descomposición los delata como zombis. Asimismo es muy característico el fragancia a podrido que los envuelve, tal como la piel despegada, los vermes que afloran de todas y cada una unas partes de su cuerpo y el aspecto harapiento. No obstante, una vez alzado, el desarrollo de putrefacción se detiene merced a la energía del conjuro.
Seres mitológicos zombis toman las calles. Imagen de Sandara Tang
Otra característica es la mirada perdida. Sus ojos, en la situacion de preservarlos, no prosiguen a los movimientos ni a la luz.
Existe quien considera que los propios nigromantes asesinan a los vivos para transformarlos en sus esclavos zombis. Sea de esta manera o no, ciertos cadáveres son devueltos a la vida justo después de su muerte. En estas situaciones, solamente se distinguen del resto de seres vivos, con lo que hay que prestar atención a determinados datos. Por servirnos de un ejemplo, en la obscuridad se mueven con total normalidad puesto que, en contraste a los seres vivos, no precisan ver.
Especificaciones del zombi
No se conoce el fundamento, pero acostumbran a accionar en la obscuridad y es mucho más recurrente observarlos deambular a lo largo de la noche.
Un zombi no experimenta emoción alguna, ni siente mal. Su sistema inquieto no marcha, con lo que sus movimientos son liderados o programados por quien lo levantó. No tienen la posibilidad de enfermar ni ser envenenados, y tampoco precisan reposar ni reposar.
Son anormalmente fuertes y muestran una resistencia y aguante que solo la magia negra puede argumentar. No obstante, sus movimientos son pausados y, a veces, bastante imprecisos.
Sus capacidades dependen del constructor y de lo que este considere útil para su ciervo zombi. Tienen la posibilidad de ir desde conducir al ganado y llevar una granja, hasta la utilización de armas, tal como comprender crear o improvisar las suyas propias.
El zombi alzado ha de ser planificado con normas específicas y fáciles. Si el constructor del zombi muere, se quedan con la última orden para toda la vida.
Los zombis tienen la posibilidad de transformarse en seres mucho más peligrosos de lo que semejan, aun para su constructor, ahora que hay la oportunidad de que otro hechicero o nigromante reprograme al zombi, realizando que se vuelva contra su constructor original.