Pan

La cultura de la Antigua Grecia involucraba un complejo mundo espiritual de dioses mayores y menores que supervisaban los eventos humanos y se involucraban en sus propios dramas. Uno de ellos, llamado Pan, gobernaba sobre la naturaleza y los pastos. Es frecuentemente representado en la literatura y en las obras de arte. Aunque no es uno de los principales dioses de la antigua Grecia, es una de las figuras más mencionadas en la mitología griega.

Pan el Dios de la Naturaleza

Es considerado uno de los más antiguos de los dioses griegos. Se le asocia con la naturaleza, las zonas boscosas y los pastos, de los que deriva su nombre. El culto comenzó en áreas rústicas lejos de los centros de las ciudades pobladas, y por lo tanto, no tenía grandes templos construidos para adorarlo. Más bien, el culto a Pan se centraba en la naturaleza, a menudo en cuevas o grutas. Gobernaba sobre los pastores, los cazadores y la música rústica. Era el dios patrón de Arcadia. Estaba a menudo en compañía de las ninfas del bosque y otras deidades del bosque.

Apariencia de Pan

Tal vez debido a su asociación con la naturaleza y los animales, Pan no tenía la apariencia de un hombre normal. La mitad inferior de su cuerpo era como una cabra, y la superior como otros hombres. Sin embargo, a menudo se le representa con cuernos en la cabeza, y su cara es generalmente poco atractiva.

El linaje

El parentesco de Pan es incierto. Algunos relatos dicen que es hijo de Hermes y Dryope, pero otros dicen que es hijo de Zeus o de Penélope, esposa de Odiseo. La historia de su nacimiento dice que su madre estaba tan angustiada por su inusual apariencia que huyó, pero fue llevado al Monte Olimpo donde se convirtió en el favorito de los dioses.

Sus poderes

Como los otros dioses del Olimpo, Pan poseía una enorme fuerza. También podía correr durante largos períodos de tiempo y era impermeable a las lesiones. Podía transformar objetos en diferentes formas y era capaz de teletransportarse de la Tierra al Olimpo y viceversa. Se le describe como muy astuto y con un maravilloso sentido del humor.

En la antigua mitología romana, un dios similar se llama Fauno.

Pan y Música

Las historias mitológicas que involucran a Pan usualmente involucran su interés romántico en una encantadora diosa del bosque que rechaza sus avances y se convierte en un objeto inanimado para escapar de él o que de otra manera huye de su fea apariencia. Una de las historias se refiere a Syrinx, una hermosa ninfa del bosque. Huye de las atenciones del dios Pan, y las diosas que la siguen la convierten en un junco de río para esconderla de él.

Mientras los vientos soplan a través de los juncos, hacen un suave sonido musical. Como no sabe cuál es la caña Syrinx, corta varias de las cañas del grupo y las pone en una línea para hacer el instrumento musical, la flauta de pan. A menudo representada con este instrumento.

Le dio a la humanidad la palabra «Pánico»

Una historia que involucra a Pan es el cuento de la guerra, en el que ayuda a su amigo a sobrevivir una lucha viciosa dejando escapar un inmenso grito que asustó al enemigo y le hizo huir. De esta historia, obtenemos la palabra «pánico», el miedo repentino e incontrolable que lleva a la gente a un comportamiento irracional.

Pan, dios de las brisas

Desarrollado como el dios de las brisas, de los amaneceres y de los atardeceres, Pan es conocido en la mitología romana como Fauno. Este dios no es ampliamente admirado ni venerado en la Antigua Grecia como para tener santuarios en múltiples lugares, pero sí que es una deidad importante que cuenta con suficientes seguidores como para ser considerado un dios primordial del panteón griego

Pan es el dios de los rebaños, pero también lo es del apetito sexual, de la fertilidad y de la sexualidad masculina. Tiene cierta similitud con Dioniso, tomando en cuenta que era amante de ir por el bosque en búsqueda de ninfas y muchachas solitarias que le hicieran los favores. De hecho, un dato es que este dios seguía a Dioniso en sus costumbres y formaba parte de su cortejo.

Esta deidad vivía junto con las ninfas en la gruta del Parnaso que era conocida como Coricia. También se le atribuían dones proféticos, y en ese mismo sentido, se le adjudicaba de igual manera, la característica de curandero. Pan era conocido por ser cazador y músico que habitaba las selvas, correteando el lugar y cuidando su territorio, espantando a todo hombre que quisiera llegar a él. 

Los amores de Pan

Este dios era bastante enamoradizo, por lo que se dice que tuvo un romance correspondido con Pitis, una ninfa que vivía en el bosque. Pero Pitis era también pretendida por Bóreas, el dios del viento. Celoso por el amor que se profesaban Pan y Pitis, Bóreas decidió lanzar a esta de una roca, entonces Gea sintió pena por ella y la convirtió en pino. Desde ese momento en adelante, el dios de los rebaños adorna su cabeza con ramas de pino. 

Otro de sus amores, pero en este caso uno no correspondido, fue el que tuvo con la ninfa Siringa. Se dice que esta ninfa, al darse cuenta del enamoramiento que tenía Pan de ella, comenzó a huir de él. En una de estas cacerías, se cayó al río Ladón por equivocación. Al quedar acorralada, pidió ayuda a sus hermanas las ninfas, quienes quedaron realmente conmovidas por la situación y la convirtieron en un cañaveral. 

Cuando Pan llegó en búsqueda de su amada Siringa, se consiguió con las cañas, a las cuales abrazó fuertemente y se encantó con el sonido que surgía de ellas, por lo que se inspiró a construir un nuevo instrumento, fue así como nació la flauta Siringa, en honor a la ninfa de la cual Pan se había enamorado. 

Cuenta otra historia que el dios griego Pan en algún momento sedujo a la diosa Selene, que era la protectora de la luna. Al intentar tener algo con ella, le obsequió un vellón, que es una especie de cuerina; de color completamente blanco. Desde entonces los dos dioses fueron venerados en una caverna del Monte Liceo. 

El culto a Pan

En un principio, el culto a este dios no estaba tan extendido ni era de gran relevancia, hasta que ocurrió una situación interesante. Cuenta el historiador y geógrafo griego, Heródoto, que algunos días antes de la batalla de Maratón, un joven mensajero ateniense viajó hasta Esparta a pedir ayuda, pero en el camino se encontró con el dios Pan, quien le dijo que ellos iban a ganar la guerra contra los persas. En la guerra, efectivamente los atenienses ganaron ante los persas porque a estos últimos les dio un ataque de pánico inexplicable que los dejó en el terreno. 

A partir de allí, en Atenas comenzaron las ofrendas a este dios, fue incluido entre los dioses reconocidos por el Estado y en determinado momento del año se hacían carreras de antorchas en su nombre. Consagrados a la deidad Pan estaban los montes Ménalo, Lampea y Nomia; los tres ubicados en Arcadia. Desde el siglo V y hasta entrada la Edad Media, se le atribuyeron a él los ritos de la fertilidad. Desde la Edad Media en adelante, a Pan se le asocia más con la figura del demonio en su representación de macho cabrío.

Pan en el mundo moderno

A lo largo de los tiempos, ha sido un símbolo de la fuerza de la naturaleza. En el siglo XIX, el interés por esta figura mitológica revivió, y las comunidades organizaron festivales en los que Pan era la figura central. Abundan las historias míticas de sus payasadas, y sigue siendo una figura que representa el antiguo misterio del bosque, las actividades de caza y la vida silvestre.

Como los otros dioses de la Antigua Grecia, encarna muchas de las cualidades del mundo sobre el que gobernó. Es representado como enérgico, a veces aterrador, con la salvaje y desenfrenada fuerza creativa de la naturaleza que lo hace un personaje interesante, y a menudo entretenido.