Hermes

En general Hermes era el dios mensajero del Olimpo. Otra de sus características y labores dentro del panteón griego era ser patrón de las fronteras y de los viajeros que cruzan a través de ellas.

Era también el dios del comercio, de los mentirosos y de los ladrones. Patrono de la astucia y del ingenio. Era, en su papel más importante, el garante y guía de todas las almas que se dirigían hacia el inframundo, también denominado Hades.

Su árbol genealógico parte de Zeus, quien era su padre. Éste lo concibió en conjunto con la pléyade Maya. Este personaje que era su madre, era una especie de ninfa popular en la mitología griega.

Hermes, un tramposo deificado

Según la mitología griega, Hermes no es otra cosa que un personaje tramposo que se ha convertido en Dios. Esta característica le ha hecho famoso por ser considerado uno de los personajes que solían hacerle trampas y bromas a los dioses.

De Hermes se deviene el vocablo “hermenéutica”, que es el arte de comprender las cosas que tienen un significado oculto. Este personaje deificado era completamente hábil para la comunicación, el uso de la palabra y la elocuencia.

En su culto se le solían ofrecer las lenguas de los animales sacrificados, como símbolo de que se necesitaba elocuencia y objetividad en el mensaje enviado. Digamos que Hermes era un Dios político, si se toma en cuenta que solía ser muy hábil para ofrecer discursos y para intervenir en asuntos de intercambio social.

Fue nombrado como patrón de los atletas debido a que fue el creador del deporte de las luchas. Al mismo tiempo inventó algunas otras carreras. Otra de las cualidades que pesa sobre sus hombros es la invención del fuego.

Según la mitología griega, este era el único Dios, además de Perséfone y de Hades, que tenía la capacidad de entrar y salir del inframundo sin ningún tipo de problema. Como Hermes era el patrón de los viajeros, éstos ofrecían sacrificios a Hermes para que los guiara por el buen camino.

Representación de Hermes

El Dios Hermes era representado generalmente con un gallo y una tortuga. También se le suele vincular con el caduceo, que es el símbolo por excelencia de los comerciantes y del comercio en general.

Es muy común verle con el pétaso que es un sombrero de ala ancha. Otros de los objetos importantes con los cuales se representa a Hermes, son la cartera y su bolso. Del mismo modo, es habitual distinguirle por sus sandalias aladas. Estos elementos hacen de este personaje, uno de los más memorables del panteón griego.
Fue bautizado como Dios de los ladrones porque desde que nació fue el principal ladrón. Se escabulló de la vigilancia de su madre para robar el rebaño de ganado de su hermano Apolo.

En su contraparte romana, el Dios cuyas características son las más parecidas a él es Mercurio. Vale aclarar que Mercurio para la mitología romana no tiene exactamente las mismas características que Hermes para la griega, pero sí que se asemeja bastante, es por eso que se le considera su contraparte.

Los monumentos fálicos de Hermes

En la Grecia antigua, el Dios Hermes solía marcar el territorio de fronteras con un monumento fálico. Este mito se comenzó a levantar gracias a los propios viajeros que comenzaron a construir dichos monumentos en honor a Hermes.

En ese caso, los viajeros lo que hacían era que colocaban piedras cada vez que pasaban por alguna frontera, para así lograr marcar el territorio y que se supiera el inicio y el final de cualquier frontera.

Estos montículos de piedra que cada vez fueron creciendo más, finalmente se convirtieron en monumentos de piedra tallados en forma de falo, con la intención de rendir pleitesía al dios griego. Generalmente estaban decorados con un busto precisamente de Hermes.

Actualmente este tipo de monumentos representan la buena suerte, y son colocados en las afueras de las casas para atraer las buenas energías.