Heracles

Heracles es un semidiós griego, su homólogo en romano es Hércules, siendo este personaje uno solo. Es reconocido por ser un héroe al que se le adjudicó el cumplimiento de doce trabajos justo antes de ser divinizado y enaltecido al cielo de los dioses. Es semidiós porque es hijo del dios de los dioses, Zeus, junto con la mortal Alcmena, quien era hija del rey Electrión de Micenas y esposa de Anfitrión, por lo que luego Heracles fue adoptado por este último. 

El nombre de Heracles tiene un significado etimológico a partir de la diosa Hera y “kleos” que quiere decir “gloria”; por lo que el nombre Heracles quiere decir la gloria de Hera. Por la línea materna, Heracles es nieto del semidiós Perseo. Heracles no es el nombre que recibió de nacimiento. Nació bajo el nombre de Alcides en honor a su abuelo Alceo, pero Apolo le adjudicó el nombre de Heracles, con el que le ratificaba que sería servidor de la diosa Hera. 

En la mitología romana, Heracles se adaptó para convertirse en Hércules, solo que a este personaje de la mitología romana se le cambiaron ciertas características para hacerlo más romanizado. En general las características que difieren entre ambos tienen que ver con los escenarios donde se recrean los episodios épicos donde actúa como héroe. 

Los doce trabajos de Heracles

Según cuenta la leyenda, en un acto de venganza en contra de Heracles, Hera lo volvió loco, haciendo que éste matara con sus propias manos a su primera esposa, a sus hijos y a dos de sus sobrinos. Al despertar de la locura, y darse cuenta de lo que había hecho, Heracles se sintió avergonzado, pero sobre todo muy dolido y arrepentido de lo que había hecho, así que decidió exiliarse y apartarse de la sociedad. 

Después de mucho tiempo buscándolo, quien logró conseguirlo fue su hermano Ificles, que lo convenció de dirigirse al Oráculo de Delfos para intentar reparar el daño o bien, redimirse por los actos que había cometido. Cuando Heracles fue a visitar el Oráculo, la sibila délfica, que era la sacerdotisa que cuidaba el lugar, le encomendó realizar diez trabajos que permitirían limpiar su nombre, su honor y su alma por los actos cometidos. 

Según las versiones de la historia, varía el número de trabajos, en algunos textos se habla de diez y en otros se habla de doce. La explicación mitológica que se le da a esta incongruencia en la narrativa, es que Hera no aprobó dos de los trabajos que había hecho Heracles, por lo que le obligó a hacer dos trabajos más. 

Heracles tuvo que hacer los 12 trabajos que completó hacia el año 1246 antes de Cristo, en el siguiente orden cronológico:

  1. Asesinar al león de Nemea y quitarle su piel. 
  2. Matar a la hidra de Lerna. (Hera no aprobó este trabajo) 
  3. Apresar a la cierva de Cerinea.
  4. Capturar al jabalí de Erimanto. 
  5. Limpiar en un solo día todos los establos de Augías. (Hera no validó este trabajo)
  6. Acabar con las aves del Estínfalo.
  7. Atrapar al toro de Creta.
  8. Robar las yeguas de Diomedes.
  9. Hurtar el cinturón de Hipólita.
  10. Robar el ganado de Gerión. 
  11. Hacerse con las manzanas del jardín de las Hespérides. (Este trabajo fue impulsado por Hera)
  12. Capturar a Cerbero y sacarlos del Hades. (Este trabajo fue impulsado por Hera)

Hércules en la gigantomaquia

Para vengar todas las situaciones por las que estaban atravesando con la llegada de los Olímpicos al poder, Gea, la titánide en representación de la tierra, dio como fruto a los gigantes, que tenían el deber de luchar contra los dioses del Olimpo

A Zeus se le advirtió que si ellos no luchaban junto con un mortal en batalla, entonces no podrían ganar la batalla en contra de los Gigantes. Por esta razón, Zeus manda a buscar a Hércules por medio de Atenea, es así como Hércules termina luchando en la gigantomaquia, que fue la batalla entre dioses y gigantes.