Tepeyollotl está inmortalizado como uno de los dioses más importantes de la cultura azteca y mexica, dado a que es la representación del dios de las montañas, de los ecos y de los temblores. También es el protector y patrono de los jaguares. Algo interesante es que en otras mitologías el dios de los temblores y terremotos está asociado mayoritariamente con el dios de los océanos.
La representación de Tepeyollotl es cubriéndose con la piel de un jaguar, en honor a su liderazgo sobre estas especies que generalmente habitan en las montañas, lugares del que es dios y regente. Está relacionado al dios Tezcatlipoca en algunos textos y escrituras.
Etimología de Tepeyollotl
Su relación con el dios Tezcatlipoca tiene que ver con la forma que adquiere de jaguar, dado a que esta es una de las manifestaciones del importante dios azteca. A esta conclusión se llegó después de que los historiadores se percataran del aspecto físico del dios Tepeyollotl, que cargaba consigo un espejo humeante y el anauatl o pectoral, que son elementos representativos de Tezcatlipoca.
Según el intérprete del Códice Telleriano-Remensi, cuyo nombre es desconocido hasta ahora, el nombre inicial de esta deidad era Tepeolotlec, de esta forma se referiría a la condición en la que se encontraba la tierra una vez que ocurrió la inundación. También entre los significados del nombre de esta deidad se encontraba el de “sacrificios de la tierra” y “dios de las bestias”.
Otro de los nombres con los que se conoce a esta deidad es como “corazón de la montaña”, que hace una semejanza al sonido que hay en la tierra, así como también puede ser el eco o reverberación que hay en la tierra y que puede retumbar en la montaña.
Elementos que componen la imagen de Tepeyollotl
La imagen física del dios Tepeyollotl se compone de diversos elementos que pueden ayudar a entender mejor el tipo de labor que hace esta deidad en medio del panteón azteca. Entre los elementos más significativos destacan el disfraz de jaguar, la pintura facial bicolor que es tan característica en la representación de Tepeyollotl, y las vendas horizontales que le acompañan en el rostro.
Del mismo modo, también se destacan la nariguera de turquesa, la barba, la varilla en la nariz, la venda y un espejo en la sien. En este punto nos detenemos y es que, Tepeyolotl está relacionado con Tezcatlipoca a consecuencia de la presencia de este espejo en medio de su representación física.
En su representación física también se cuentan detalles importantes como un tocado de plumas de garza, uno de plumas amarillas y otro de plumas Quetzal. Cuenta también con un mechón colgante y con una orejera redonda. Es importante nombrar también el cuchillo alrededor del cuerpo y ojos de estrella sobre la cabeza.
El mito de la creación
Según los aztecas y mexicas, ocurrieron varias creaciones hasta llegar a la creación de los humanos como los conocemos hoy. El mito cuenta que el Tezcatlipoca Negro gobernaba sobre el primer mundo, siendo el amo y señor del sol de la tierra, que se posaba sobre los gigantes atemorizantes que poblaban la tierra entonces.
Estos gigantes eran tan abominables, tan enormes y terribles, que eran capaces de arrancar los árboles con las manos. Eventualmente, Quetzalcóatl abalanza a Tezcatlipoca (Tepeyollotl) hacia las profundidades del mar, pero éste emerge poderoso y convertido en un indomable jaguar. Con su propio grupo de felinos asesinos, Tezcatlipoca llega nuevamente a la tierra para acabar con la raza de gigantes, que finalmente terminan devorados por los jaguares.
Según los mexicas, este jaguar en el que se convirtió el dios puede ser apreciado en el cielo a través de la Osa Mayor. La siguiente creación la originó Quetzalcóatl, el sol del viento. La destrucción de esta nueva creación estuvo a cargo de Tezcatlipoca, quien lo derrotó derribándolo. En ese momento, Quetzalcoátl junto con su pueblo se vieron en la necesidad de abandonar todo el territorio de lo que hoy conocemos como México.